miércoles, 30 de mayo de 2007

MUSEOS VIRTUALES


Que el desarrollo tecnológico y, sobre todo de la red, permite una popularización de la cultura, no ofrece dudas. Leo hoy en un diario la posibilidad de visitar virtualmente varios museos, entre los que se encuentran algunos tan importantes como el Prado, el Reina Sofía, el Louvre, la National Gallery, los Museos Vaticanos, el Hermitage, o el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Sus ventajas más evidentes, además de las señaladas en el artículo de referencia, estan relacionadas con la posibilidad de hacerte una idea general de las colecciones del museo, y sobre todo la vertiente didáctica. De hecho en nuestro curso virtual del módulo IV sobre Monet incluimos una entrada para visitar de manera virtual la serie de Nenúfares ubicada en el Museo de la Orangerie.
Sin embargo, sus contras son también a tener en cuenta. No sólo por que la mayoría sólo permite el acceso a determinadas colecciones y exposicione temporales -algo que en un futuro próximo cambiará-; sino por que una visita virtual a un museo no deja de ser, en mi opinión, el equivalente tecnológico de los libros de arte. Por muy bien que estén hechas las reproducciones o las imágenes, no pueden sustituir la visión directa de una obra de arte, no permiten apreciar los trazos, ni los colores, ni la magnificencia de las obras. Una copia nunca podrá sustituir al original, ¿o si?